25 NOCHES DE HUMILDAD Y PACIENCIA
Aún recuerdo, como si fuera ayer mismo, aquella noche de julio, cuando
yo era un niño, cuando mi madre me dijo: “vamos pal Convento, que hoy bendicen
un Cristo que han traído pa la Cofradía”. Y recuerdo una Iglesia del Carmen abarrotá,
y a los carmelitas que aquí siempre habitaron: el padre Tarsicio, el padre
Jurado, fray Manuel, fray Simón, … y recuerdo, como cada amanecer desde
entonces, tu mirada serena y profunda, tu paso firme, tu esencia cautivadora, tu
dulce nombre: Señor de la Humildad y Paciencia. Recuerdo tu silueta bailando en
el aire entre nubes de incienso. Te recuerdo vestido de morado porque así te
trajeron. Sobre una pequeña parihuela, al terminar la eucaristía de tu
bendición, te recuerdo paseando por las calles de nuestra parroquia carmelita
de S. Sebastián.
Desde aquel julio, ¡cuántas estaciones de penitencia!, veinticinco ni
más ni menos, un sinfín de mágicos recuerdos, de lágrimas en los ojos al
contemplarte por las calles de Hinojosa, ¡cuántas oraciones hemos depositado en
tu mirada alzando nuestros ojos al Cielo!.
Recuerdo que te vistieron de blanco cada Miércoles Santo, y se
llenaron las calles de capirotes blancos con corona de espinas en el pecho a las
diez de la noche. Y cada año, conforme pasaba el tiempo, más y más crecía la
devoción a tu imagen divina.
Primero acompañaban tus pasos los tambores y timbales de la Hermandad;
y con el nuevo milenio, tus espectaculares costaleros te han mecido sin igual
al ritmo de los sones de la Agrupación Musical “Nuestro Padre Jesús Nazareno”
de Villanueva del Duque.
Y como si fuera ayer mismo, recuerdo aquel Martes Santo, el 22 de
marzo de 2005, antes de iniciar el Via Crucis con el Señor de la Misericordia, cuando
por fin los hermanos nazarenos del Convento recibimos el escapulario del Carmen
como insignia y emblema de nuestra espiritualidad, y desde entonces Tú también
llevas el Escapulario del Carmen en tu pecho. Desde entonces aún te identificas
más con cualquiera de nosotros.
Desde aquella primera vez, cada año más y más niños, más y más
nazarenos te acompañan en la estación de penitencia los Miércoles Santos, hasta
la luna quiere ser tu nazarena blanca. Las calles se abarrotan de gentes que
quieren rezarte al pasar. La gente comenta: “me encanta su profunda mirada”,
“es la procesión más sencilla y bonita de Hinojosa”, “me encanta este Cristo”,
“es impresionante verlo pasar, con su zancada pa’lante, que parece que camina
solo”…
Y en este 2013, en este XXV aniversario, tu rostro es aún más intenso,
gracias a la gran restauración que han llevado a cabo en tu imagen. Ahora
brillan como las estrellas tus dulces ojos, y es más honda tu mirada serena.
Y, como no podía ser de otra manera, en el mes carmelita, en el julio
de Nuestra Madre del Carmelo, saldrás a las calles para bendecir a tus hijos e
hijas de Hinojosa, visitarás a los ancianos de la Residencia de Jesús Nazareno,
confortarás a nuestros enfermos al pasar. Te pediremos la Paz para nuestro
mundo, el consuelo y el trabajo para nuestros parados, el alimento para
nuestros pobres, la serenidad para afrontar nuestros problemas, la solidaridad
para compartir nuestros bienes, la salud para nuestras familias, y la Esperanza
de un futuro mejor para nuestro planeta.
Gracias a ti, mi Cristo de la Humildad y Paciencia, por velar desde el
Cielo por cada uno de nosotros. Gracias por tanto Amor recibido. Gracias por
hacernos más humildes y pacientes con los que nos rodean.
Nos vemos todos el próximo sábado, 27 de julio, a las 10 de la noche,
por las calles de Hinojosa del Duque. Será una noche mágica. Será la noche del
Cautivo, del Señor de la Humildad y Paciencia. ¡Qué gran noche la de los 25
años de Humildad y Paciencia en el Año de la Fe!.
Os espero entre nubes de incienso y al compás de marchas de Semana
Santa.
Fernando Barbero García,
un hermano de la Misericordia.
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